¿LA MEJOR PELÍCULA DE SUPERHÉROES?

Uno de los recuerdos más ñoños que tengo de mi infancia son las caricaturas de los Superamigos. De niño, ver juntos a Batman, Superman, Aquaman y cuanto superhéroe pudiera existir en El Salón de la Justicia era, por lo menos para mí, el punto máximo de la acción. No tardé mucho en darme cuenta de lo malas que eran las historias de estos dibujos animados, así que me vacuné contra toda reunión de superhéroes que viniera en el futuro. Pero de repente anunciaron que la película de The Avengers (Los Vengadores en español) se estaba filmando con un reparto multiestelar y un presupuesto casi ilimitado.

Aunque estos personajes sí tienen una historia juntos en los cómics de Marvel, el recuerdo de los ñoñísimos Superamigos y lo ambicioso del proyecto dispararon mi escepticismo a niveles sumamente altos. ¿Podría Joss Whedon -un director con más créditos en televisión que en cine, pero también un fan de hueso colorado de los cómics-, evitar que un proyecto de 220 millones de dólares (estimados) se convirtiera en el Waterworld del cine de superhéroes?

No todos los antecedentes en cine de The Avengers habían funcionado lo suficientemente bien como para creer que su éxito estaba asegurado: Iron Man fue una gran cinta y Robert Downey Jr. se convirtió inmediatamente en uno de los superhéroes consentidos de la pantalla grande (aunque la segunda parte quedó a deber); Capitán América no fue lo que se esperaba, pero sirvió para sentar las bases de lo que sería su participación en The Avengers; Thor presentó a Chris Hemsworth como el hombre perfecto para el papel del Dios del martillo, aunque la cinta tampoco llenó todas las expectativas que había sobre ella; y las versiones de Hulk con Eric Bana y Edward Norton simplemente no cuajaron.

Iron Man, el único superhéroe que había unificado criterios antes de The Avengers.

Finalmente, con la inexperiencia y con un proyecto aterradoramente grande en contra, pero con un presupuesto y un elenco que cualquier cinta de acción envidiaría a favor, Whedon no sólo evitó un desastre económico sino que hizo una de las mejores películas de este subgénero, si no es que la mejor.

Whedon no iba a tener mayores complicaciones con la trama. Ya habiendo varios elementos acomodados desde las películas anteriores de los miembros de The Avengers (que tienes que ver obligatoriamente si quieres entender la película), esta cinta resuelve algunos hoyos que habían abierto con toda intención sus antecesoras. La manzana de la discordia de este filme apareció por primera vez en Capitán América y se llama Tesserack. Se trata de una fuente de energía sumamente potente que puede abrir portales intergalácticos, la cual es robada por Loki (Tom Hiddleston), el hermano adoptivo de Thor. Para recuperarla, Nick Fury (Samuel L. Jackson), director de S.H.I.E.L.D., una agencia secreta de investigación militar, junta a un equipo de superhéroes.

Los principales aciertos de Whedon están en la forma de contar la historia. En primer lugar, hizo un balance perfecto entre los personajes principales. Capitán América (Chris Evans), Iron Man, Thor y Hulk (Mark Ruffalo) no se eclipsan en ningún momento, y el conflicto de cada uno lleva a un desarrollo más interesante de la trama. Por un lado está el de Thor, tratando de controlar a Loki en un duelo shakespereano (si es que se escribe así); por el otro, Tony Stark y Capitán América -los polos opuestos- se enfrascan en una discusión por el liderazgo del grupo donde chocan el ego contra el honor; finalmente está Bruce Banner y su lucha interna por controlar a Hulk, quien resulta ser un arma secreta de doble filo. Si a esto le sumamos las apariciones de Hawkeye (Jeremy Renner) y Black Widow (Scarlett Johansson), tenemos un coctel completo de personajes que no permitirá descanso alguno para quien ocupe la butaca.

Cero eclipses de héroes. ¿Así o más cañangas?

La película dura más de dos horas (143 minutos, para ser exacto), pero, sorprendentemente, no tiene altas y bajas, sino una línea ascendente que termina con el final de la cinta. El guión, escrito por el mismo Whedon, no tiene escenas de relleno. Cada una sirve para avanzar en la historia, creando así un ritmo ágil que nunca decae.

Otro acierto es que cada elemento trabaja para la historia, sobre todo los efectos especiales, que hay por toneladas, pero que al estar al servicio del guión no se exceden en ningún momento. De hecho, The Avengers tiene al Hulk más creíble de todas las versiones que se han hecho (el de César Costa incluido), desde su transformación hasta sus movimientos, algo que otros grandes directores, como Ang Lee, no habían podido hacer.

El Hulk de Ang Lee, listo para pasar al olvido.

Pocas cosas pueden echar a perder películas buenas como un sentido del humor mal aplicado. Aquí, Whedon lo administró magistralmente en lugares clave: a la mitad de una pelea, de una discusión, o bien, casi siempre que Tony Stark abre la boca. Son estos detalles lo que hace que The Avengers lo tenga prácticamente todo.

En cuanto a las actuaciones, ninguna es de Oscar pero tampoco es el punto flaco de la película, por el contrario, se convierte en el sazonador perfecto. Si bien, hay papeles que no exigen mucho en pantalla, como el de Hawkeye, Capitán América e, incluso, el de Thor, hay otros ya conocidos y muy bien ejecutados, como el Robert Downey Jr., Samuel L. Jackson, Scarlett Johansson y Mark Ruffalo. Era precisamente sobre Ruffalo que estaban todas las dudas, pero al final demostró ser el Bruce Banner perfecto. Eso sí, la gran revelación es Tom Hiddelston, que ya había dado muestras de ser el hombre perfecto para interpretar a Loki, pero ahora se gana a pulso su lugar en el Salón de la Fama de los antagonistas.

Tom Hiddleton da una cátedra con un personaje que muchos tenían olvidado, Loki.

En cuanto a las escenas de acción, hay dos que se convertirán en clásicos: una batalla en un portaviones que vuela (sí, leíste bien), y la que cierra la película. Hay que tomar en cuenta que en cada una Whedon tenía que seguir, por lo menos, a siete personajes en medio de un caos total. Hubiera sido muy fácil pasarse de la línea, pero en ningún momento hay confusiones ni tampoco excesos.

Con The Avengers, Josh Whedon hizo una verdadera proeza por donde se le quiera ver y puso la vara muy alta para las siguientes películas de superhéroes. La mesa está puesta para la segunda parte y para que entren otros Avengers a escena que se presentaron en esta película, como la agente Hill (Cobie Smulder).

Para concluir este comentario, diré que la principal aportación de Whedon y The Avengers es, sin lugar a dudas, que sacudieron de un solo golpe la ñoñez de cualquier reunión de superhéroes. Mil gracias por eso.

¿Tenía o no razón para dudar de las reuniones de superhéroes?